dos hermanas en el espacio.
Chiquitas se ven por la mañana,
gigantes son
iguales
por la tarde.
Un ombligo las desune
y ya de noche
se miran de reojo
como si nadie
como si todos
estuvieran también entre sus ojos.
Hay dos hermanas que no saben
la distancia
que sufre el corazón cuando se matan
y consienten las espinas
y los años se los llenan
de piedritas,
se convierten un poco cada día
en la nube de sus cielos
y en la flor de sus tumbitas.