lunes, 13 de octubre de 2014

Todo es esto



Sigo adelante pasada la primera vuelta.

Nonstop. Embalada, corriendo

como cuando se está a gusto

y se sigue por diversión

porque viene bien y no querés que se termine.

Entonces doblás, te acercás al borde,

le trazás un doble a la saliente,

cambiás de rumbo como de zapatos.

Superás las cinco vueltas y no

no se termina.

Sólo por momentos, vuelve la recta,

atina a quedarse pero es

tan aburrida.



Las curvas son grandes

se extienden

se pronuncian y consumen

más espacio.

Pero el camino es el que se elige

el experimento

la prueba constante.

El momento que se dilata como la curva —sin error.


miércoles, 1 de octubre de 2014

El rastro



Me quedé

en esa llamada —etapa de la niña

il ritornello,

mirando el árbol

subiéndolo

reptándolo

uniéndolo al tiempo.

En el instante último encontré

el bucle infinito de los recuerdos

como un gusano que una y otra vez

pisa el rastro de sí mismo.



Así, toda la tarde

después de que te fuiste.


El té de las sananas

Radio flexible
brillante y amarillo
se estira y rebota
—un bucle sobre tu carita
que mira detrás de la barrera.
Lo volvés a estirar
y lo enredás tras una oreja;
ahora tu mano se mete entre los barrotes
—querés
la taza de Rainbow Brite.

No te acordás, Tatung
—lo que sabés te lo contaron—
que yo servía el té
de las sananas
schhhu, súca
schhhu, zitrone
y vos mirabas desde abajo
al otro lado de la escalera.

Pusiste la taza azul junto a la roja,
la blanca y la verde en el otro extremo
y a mí la rabia
se me atascó en el cuello,
una serie sin fundamento
y otra vuelta a tus ojos
inmensos
todos de agua.
Pero shhhhh, ¿súca?
Mejor así, que sea recuerdo.