Sigo adelante pasada la primera vuelta.
Nonstop. Embalada, corriendo
como cuando se está a gusto
y se sigue por diversión
porque viene bien y no querés que se termine.
Entonces doblás, te acercás al borde,
le trazás un doble a la saliente,
cambiás de rumbo como de zapatos.
Superás las cinco vueltas y no
no se termina.
Sólo por momentos, vuelve la recta,
atina a quedarse pero es
tan aburrida.
Las curvas son grandes
se extienden
se pronuncian y consumen
más espacio.
Pero el camino es el que se elige
el experimento
la prueba constante.
El momento que se dilata como la curva —sin error.
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