lunes, 3 de agosto de 2015

Sedal

Busco un espejo habitable que supere

las fronteras sudadas de mi cuerpo, la

costumbre justificante de la imagen repetida

arterias, pelos, piel, el resplandor del sol,

los libros, el cubo en el que calza

mi vida.

Necesito el espejo, un ombligo

desplazado de sí, de este desastre,

un sedal al tiempo imperturbable —habitable, quiero repetir

y que se entienda: presiona mi mano su perfil

y se hace agua. Pasás como un pez, no es espejismo

espera detrás un placer casi real.

Una troupe de imágenes impresionante:

quetzales, torcazas, colibríes,

en montes, volcanes, nubes que bajan

cada cual con los resortes de su propio desequilibrio

ahí

creamos una hermosa edición de nuestro mundo.

Del polvo amarillento al verde más apetecible,

de los pechos desnudos al cuarzo sepia del pubis.

Quiero hacerte mío, mundo,

bamboleo de partes, mío

venado triste, recuerdo, pupilas,

hacerte mío como un tiro en el momento del sueño,

como ese extraño pensamiento de suicidio,

como un hallazgo en mis venas —sin que me importe nada

como una huida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario