Euforbo
es troyano. Guerrero también aunque de menor talla, se le atribuye apenas una
herida en el joven Patroclo. Carece de experiencia y es un poco inseguro; hasta
que se enroló en las filas troyanas no sabía muy bien a qué dedicarse, si a
guía de turismo o jardinero (en cualquiera de las dos le habría ido mejor). Su
nombre, aunque comienza bien, solo crea confusión. Incluso ante Menelao, cerca
del fin, disputa consigo mismo: ¡Oh,
muero!... ¿o vivo? ¿Qué harán los dioses conmigo, o soy yo el que decido?
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