lunes, 3 de junio de 2013

Desierta

Primera gota que engorda y se desprende


rueda en el vidrio


del llanto se hace eco.


Se acerca al borde


resiste, pende, atina  


--alcanza 


a unir su forma a la llovizna.


La pena horada y la gota


ya fundida


consigue oír mi desear


y me salpica.


La piel impregna y resurge del abismo


la luz, la paz, la risa

aunque tal vez


sea solo un espejismo*.

* Este último verso se tomó del poema Ella de Oliverio Girondo.

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